Hermes (dios)
Hermes - Mercurio |
Hermes fue hijo de Zeus y Maya, una de las Pléyades, hija de Atlas. Nació en una cueva del monte Cilene en Arcadia. Sin
embargo alguna tradición sitúa su nacimiento en el Olimpo. A
veces se le aplica los epítetos de Atlantiades o Cilenio.
En sus primeras horas de vida, se
escapó de su cuna, fue a Pieria y se llevó algunos de los bueyes de Apolo En
la Ilíada y
la Odisea no
se menciona esta tradición, si bien Hermes es caracterizado como un astuto
ladrón. Otras
versiones, incluso, refieren el robo de los bueyes a una época más avanzada de
la vida del dios. Para
no ser descubierto por los rastros de sus pasos, Hermes se puso unas sandalias
y condujo los bueyes a Pilos, donde mató dos y encerró el resto en una cueva. Las pieles de los animales muertos fueron
clavadas a una roca, y parte de su carne fue cocinada y consumida, y el resto
quemada; al mismo tiempo ofreció sacrificios a los dioses olímpicos, por lo que
probablemente fuera llamado el inventor de la adoración divina y los
sacrificios.
Mitología de Hermes.- Hijo de Zeus y Maya, la más pequeña de las Pléyades. Nació en una caverna del monte Cileno, al sur de Arcadia. Maya lo había concebido por obra de Zeus en plena noche, mientras dormían los dioses y los hombres. Hermes vino al mundo el cuarto día del mes, y este día le quedó consagrado, su nacimiento fue normal pero ya daba muestras de una precocidad extraordinaria: consiguió desatarse de las bandas con que se envolvía a los recién nacidos y escapar hasta Tesalia, donde su hermano Apolo pastoreaba los rebaños de Admeto. Mientras Apolo, distraído con su amor por el hijo de Magnes, Himeneo, descuidaba sus deberes de pastor, Hermes le robó parte del ganado. Luego, atando una rama a la cola de cada uno de los animales (o según otras leyendas calzándoles zuevos), se los llevó atravesando Grecia, hasta una caverna de Pilos. Sólo había sido visto por un anciano llamado Bato, único testigo cuyo silencio intentó comprar. En Pilos, Hermes sacrificó dos de los animales robados, dividiéndolos en doce partes, una para cada uno de los doce dioses. Luego, después de ocultar el resto del rebaño, huyó a su gruta del Cileno. Al llegar a ella encontró en la entrada una tortuga; que vació y tesó sobre la cavidad de la concha unas cuerdas fabricadas con los intestinos de los bueyes que había sacrificado; de este modo quedó construída la primera lira.
Estatua de Hermes. |